Sin duda, es muy difícil para mí poner en palabras la experiencia de Dios, sin embargo, me esforzaré para poder compartirles la profunda vivencia que he tenido en los Retiros de Silencio.
Hace cuatro años, cuando tenía 23, apareció en mi corazón un gran sentimiento de búsqueda… desde tiempo atrás acostumbré a mi vida a crecer humanamente. Conforme iba dando un paso y otro, me acerqué cada vez más a ese anhelo por conocer qué hay más allá del limitado alcance de mis pensamientos cotidianos.
Como consecuencia de la sabiduría de La Existencia, es decir, cuando estuve lista, encontré en mi camino un Ser muy bueno que me recomendó asistir a uno de los Retiros de Silencio en Marana Tha. La invitación fue a buscar mi propio Silencio mediante de la práctica de la meditación contemplativa. En todo este tiempo, dicha práctica ha provocado en mí numerosos cambios y beneficios físicos, mentales, sociales y espirituales. Han sido tantos y tan profundos que no podría terminar de escribirlos en días… pero comentaré algunos, los más bonitos, los cuales están relacionados con una disminución de enfermedades y padecimientos fisiológicos, una fuerte mejora en mis relaciones interpersonales, un aumento en mi seguridad personal, un encuentro con mis símbolos inconscientes, amplia claridad y luz mental, infinita expansión de mi consciencia, misma que nace en mi piel, una unión o comunión con el Universo (entendido como atemporal); pero sobre todo, el alcanzar la Libertad de Espíritu que tanto buscaba. La oportunidad que he tenido de asistir a los Retiros de Silencio, no puedo verla más que como un regalo.
Por lo mismo, siento un enorme agradecimiento hacia Inge y hacia todas y cada una de las personas que he encontrado en los Retiros, con quienes he tenido esa comunicación espiritual y silenciosa, ya que, han sido conductos para lograr esa inmortal comunicación con el Ser Supremo… El Uno.
Hoy no tengo duda de que el primer objetivo de mi vida es el de ganarme diariamente la Libertad de mi corazón, pues esa es mi naturaleza. Entiendo que he de vivir en el mundo material adaptándome en equilibrio con mi espíritu, sin perder de visa la posibilidad que tengo de ayudar a otros a alcanzar la experiencia del recogimiento interior
De todo lo anterior, lo mejor es poder compartirlo, gracias por permitírmelo.
Atentamente,
Ericka von Mohr